Aunque parezca que sí, justificamos la foto anterior. Un sabadete que estábamos jugando en el único aro que quedaba vivo, se pusieron otros chavales a jugar en el otro, que por decir algo, pendía de un tornillo. Ese día el tornillo o lo que fuera que lo sostenía cedió, ya bien fuera por los balonazos o porque estaba más pallá que pacá.
Para que nadie se lo llevara, lo recogimos para intentar arreglarlo como han hecho ya varias personas de los que jugamos, entre los que citamos a Joaquín, lo quitamos del suelo donde se encontraba y lo llevamos a un sitio seguro.
Lo raro es que nadie se llevara el aro durante los dos meses que permaneció colgando mientras colocaban los nuevos.
Nuevamente agradecemos la colaboración de las autoridades que nos devolvieron la alegría al colocar aros nuevos ( peloteo), más en concreto al director del Distrito Sur.
Colgamos nuevas fotillos de los susodichos aros, mientras los ojos se nos llenan de emoción en forma de lágrimas.
Estoy tan contento que me voy a jugar con paraguas.
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